Carta abierta a José Luis Borrero

                           

Comienza tu ataque a la portada de mi libro con una pregunta y termina en una lamentable conclusión[1]. En el medio se deslizan una serie de afirmaciones, que ponen de manifiesto su gran competencia a la hora de manejar fuentes históricas, especialmente las jurídicas.  

Vamos, en primer lugar, a responder a su pregunta. Lo único que quiero dar a entender en la portada de mi libro, “El porqué del bicentenario”, es que el Cuerpo de Orden Público utilizó ese uniforme que figura en la portada, con independencia de la fecha en que lo hiciera. Si te hubieras molestado en leer mi libro, para empezar, te habrías enterado de que tus acusaciones de que yo confundía las Juntas Locales de Orden Público con ese cuerpo, eran completamente falsas. Antes de hablar de uniformes deberías admitir la existencia de un Cuerpo que lo llevara. Has admitido, de hecho, ese error, que era fundamental, porque, de lo contrario, carecería de sentido, que atacaras, sin leerlo, mi libro por incluir la lámina de un uniforme[2].

En cuanto al uniforme, ¿existió o no existió? Dices, creo que es la única verdad, que se puede encontrar en tu escrito, que ya en 1869 se trató de dotar de uniforme a todos los integrantes del Cuerpo de Orden Público. Esto no ocurrió hasta el 29 de marzo de 1871. Hasta ese momento llevaban, en Madrid, el uniforme que describes y que se encuentra en un grabado sacado de “La Ilustración Española y Americana” y reproducido en la página 167 de mi libro, que demuestras no haber leído. El que dibujó la lámina de la portada se equivocó al poner la fecha en que se usó ese uniforme.

Ese uniforme existió. Han quedado abundantes pruebas documentales, que,  José Luis Borrero, siguiendo una costumbre inveterada en él, no se ha preocupado en buscar. Tenemos el testimonio de la prensa: me voy a limitar a lo que dicen dos periódicos de la época. “El Cuerpo de Orden público de Madrid, cuya formación aparece hoy decretada en la Gaceta, y que hoy mismo empezará su servicio, viste un uniforme igual al de la Guardia civil, sin otra diferencia que ser negro el correaje y amarillos los galones del sombrero”[3]. El otro: “Ese día ha llegado; y si tuviéramos a la mano el bando del Sr. Moreno Benítez a que nos referimos[4], habríamos de insertarlo junto al preámbulo del reciente decreto, en virtud del cual se ha resucitado la antigua Guardia veterana, que hoy, sin más diferencia, respecto a la antigua, que el color de los galones del uniforme, prestan el servicio en calles y plazas, llevando la espada al cinto y el rewolver a la mano, sin perjuicio de coger, en caso necesario, la carabina, que tienen en el cuartel por lo que pueda tronar”[5].

En el blog de mi compañero y amigo Eugenio Fernández Barallobre puedes encontrar una serie de cosas muy interesantes a este propósito:

“La presentación oficial del Cuerpo en Madrid tuvo lugar el 29 de marzo de 1871. La refiere “La Iberia”, quien en sus páginas resalta la noticia indicando que la presentación se verificó en el transcurso de una parada celebrada en el Paseo del Prado, donde formaron todos los efectivos, armados con carabinas, que fueron revistados, ante numeroso público, por el Gobernador Civil de la Provincia…

En este acto, la fuerza vistió ya su nuevo uniforme que según podemos deducir por la documentación existente consistía en levita; pantalón y abrigo llamado capote ruso, todo ello en color azul oscuro, y el equipo compuesto de sombrero de tres picos con barboquejo de charol y funda de hule negro, cinturón con chapa dorada y numerada, cartuchera con tirantes, porta-sable, carcax (suponemos que se refiere a la especie de cuja que cuelga del tahalí para alojar el sable y no a la funda de la carabina) con su cordón, palin (debe referirse a la funda de cuero para armas de fuego llamada talín) y pistonera (sic), todo de charol negro.

La prensa de Madrid al referirse a este nuevo uniforme lo describió  “exactamente como el de la Guardia Civil”, a excepción de los colores de las hombreras, sardinetas, etc., que será rojo en vez de blanco. El machete que usa la guardia veterana será sustituido por la espada, y el abrigo de invierno será el capote ruso en lugar del carrik”[6].

Mientes por toda la barba, cuando dices que ese uniforme nunca existió, como lo hiciste anteriormente, con el Cuerpo de Orden Público en 1868. Esto te sucede por no saber documentarte y comprobar que la fecha estaba equivocada. Con todo no es la única mentira que contiene tu escrito. Vamos con otras dos.

La primera, tal vez sea la de mayor envergadura.  Alardeas de tan buena memoria que te atreves a recomendarme que recuerde que el Cuerpo de Orden Público no salió nunca de Madrid. Mi pregunta es ¿cómo se puede uno acordar de algo que nunca pasó, si lo que recuerda es, justamente, lo contrario? ¿Es que ni has leído ni nadie te ha dicho que existieron plantillas de ese Cuerpo en toda España y que se pueden consultar en el número de la Gaceta de Madrid correspondiente al 7 de julio de 1870?[7] Es que ¿este ejemplar de la publicación oficial no merece figurar entre tus “pruebas primarias” o es que te importa un pimiento morrón lo que diga ese periódico oficial? Esto también figura en mi libro, cuya lectura te hubiera ahorrado estos tropiezos.

La segunda también es de bulto. No hay dos sin tres. ¿De dónde has sacado que el Cuerpo de Orden Público fuera organizado y puesto en marcha por la Guardia Civil, dando de lado la actuación de Juan Moreno Benítez, gobernador civil de Madrid, y de su secretario, Pio Gullón? Ellos fueron, según la prensa, sus verdaderos organizadores y quienes redactaron su reglamentación.  A no ser que José Luis Borrero, como acostumbra, sepa más que la prensa de la época, que publicó el bando de Moreno Benítez, dirigido al público de Madrid[8], anunciando que ese cuerpo iba a comenzar a patrullar por sus calles el día 7 de noviembre de 1868. Redactó también las instrucciones de servicio (dos)[9] y el primer reglamento de 15 de abril de 1869[10].

Vamos, por fin, con su conclusión. “Gracias a sus manipulaciones del relato histórico, usted ha conseguido quitarle a la Guardia Civil, el honor de ser la fuerza de seguridad pública a nivel nacional y con continuidad más antigua de España, es decir, 180 años de servicios ininterrumpidos, no pretenda también apoderarse de su principal seña de identidad, el tricornio”. La vergüenza, a la luz de este párrafo, no es tu fuerte.

En primer lugar, no ni he conseguido ni, siquiera intentado, quitarle nada a la Guardia Civil, porque su honor no está donde lo colocas en la antigüedad y, menos, en el uso exclusivo del tricornio. Lo impagable es el servicio que ha prestado a la sociedad española, con tantísimo sacrificio, en muchas ocasiones[11]. Pero, que te atrevas a hablar de manipulaciones, precisamente tú, después de lo que va expuesto en esta carta y en otras contestaciones que te he dado anteriormente, no deja de ser paradójico. Por no mencionar otras, como son citar decretos y reglamentos que no existen; omitir toda referencia a los que están en la Gaceta de Madrid; intercalar en ellos palabras o frases enteras que no contienen; omitir textos que literalmente se encuentran en ellos; artículos de reales decretos que nunca entraron en vigor o no documentarte antes de escribir… ¿Después de todo esto puedes decir que yo manipulo el relato histórico? Al parecer, tu relato, del que tenemos delante una muestra, ni se cae a pedazos por mentiras y manipulaciones, ni hace aguas por todas partes. Debe tener todos los avales documentales, históricos y académicos, a pesar de que no se detecten en ninguna parte de él.

 No pretendo quitarle nada ni apoderarme de las señas de identidad de nadie. Solamente me he dedicado a investigar desde el año 1981 la historia de la policía y a publicar los resultados. Otra cosa es que las consecuencias de mi investigación hayan sido destruir tus fantasías, como ocurre en el caso del uso exclusivo del tricornio. Nunca he tocado ni intentado hacer nada que vaya contra el honor de la Guardia Civil -aunque hubiera podido hacerlo-, porque la admiro y respeto y porque he convivido muchos años con sus miembros sin el menor problema. He comprendido desde siempre que estamos en el mismo barco. Cosa que no se puede decir de ti con respecto a la Policía Nacional, porque crees que estás por encima de una institución, a la que odias[12].  

[1] https://benemeritaaldia.es/las-mentiras-del-falso-bicentenario-de-la-policia-nacional-2/

[2] Sigo esperando tus disculpas por esta falsa acusación y por otras muchas.

[3] La Opinión nacional. 29/3/1871.

[4] Se reprodujo en muchos periódicos. Lo puedes leer en “El Diario español” del 7- 11- 1868

[5] La Esperanza. 30/3/1871.

[6] https://cnpjefb.blogspot.com/p/1868-1908.html. “El Cuerpo de Orden Público”. Una excelente entrada escrita por Eugenio Fernández Barallobre, que me ha ayudado a esclarecer todo lo relacionado con este uniforme. Se lo agradezco mucho.

[7] https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1870/188/A00002-00003.pdf. Es para ahorrarte un trabajo que no has hecho.

[8] “La Discusión, 7-11-1868. Se puede encontrar en otros muchos periódicos.

[9] “Manual para el servicio de orden público”, Imprenta de Ducazcal, 7 págs. Bases para para el servicio, año 1869. Ángel María Segovia: “Figuras y Figurones”, Madrid, 1870, 822-823 págs.

[10] “Diccionario ilustrado de la administración española”. (Marcelo Martínez Alcubilla). Madrid 1870, Tomo XII, págs. 939-940.

[11] Se me abren las carnes, cada vez que leo lo que tuvieron que soportar en las cuerdas de presos.

[12] Y en mi caso, tampoco has ocultado tu desprecio, a pesar de que te estoy demostrando muestra de ello por enésima vez, y que de historia del siglo XIX estás bastante pez.

Historiador Martín Turrado Vidal

 

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